Las noches de Buenos Aires tienen este no sé qué, ¿has visto? Se pasa de, en la calle Arenales. Lo de siempre: en la carretera y en ti. . . Y de repente de detrás de un árbol, Me parece. Rara mezcla de mendigos y penúltima primera polizón en el viaje a Venus: mitad de una sandía en la cabeza, la camisa de la raya pintada en la piel, dos soles media clavados de los pies, y una bandera en cada mano para Taxi libre . Du lachst! … Pero sólo me ves: porque los maniquíes me guiñan, las luces me dan tres luces azules brillantes, y las naranjas del frutero de la esquina me tiran de azahar. Venir!, denn lo, medio bailando y medio volando, Yo prefiero darle la bienvenida a la sandía, Te doy una bandera, y le dirá…
Amelita ...
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